Orar en el mundo obrero. 14º domingo T.O.

Un Dios que se coloca en los lugares más insignificantes de la historia humana, que se revela y encarna en lo que, por pequeño, por débil y vulnerable -y por ello más humano- se puede hacer transparencia de Dios y armazón del Reino, nos permite vivir nuestra humanidad en toda su intensidad. El Dios encarnado en Jesús es el Dios cercano que comprende y acompaña, que ofrece y propone, que espera y perdona, que respeta la libertad con que nos ha creado, que ama sin límite. Es el Dios que se humana en el pobre, al borde los caminos y en las periferias de nuestra historia. Es el Dios que, desde esa historia humana, nos da vida y vida abundante. Es el Dios a quien orar en la vida el mundo obrero.

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