Padres e hijos
Quien honra a su padre expía sus pecados; como el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. Quien da gloria al padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su madre: como a su Señor sirve a los que le engendraron. En obra y palabra honra a tu padre, para que te alcance su bendición. Pues la bendición del padre afianza la casa de los hijos, y la maldición de la madre destruye los cimientos. No te gloríes en la deshonra de tu padre, que la deshonra de tu padre no es gloria para ti. Pues la gloria del hombre procede de la honra de su padre, y baldón de los hijos es la madre en desdoro. Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados. El día de tu tribulación se acordará El de ti; como hielo en buen tiempo, se disolverán tus pecados. Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del Señor quien irrita a su madre. Haz, hijo, tus obras con dulzura, así serás amado por el acepto a Dios.
Yo no daba crédito a mis oídos cuando escuché esta noticia, pensaba que estaba aún dormida y había entendido mal al periodista, pero no, era cierto aquello que me produjo un gran asombro.
ResponderEliminarCuando pensé en la situación en la que estaban esos padres la tristeza me inundó.
Aunque no sabemos nunca lo que pasa entre las cuatro paredes de una casa, creo que al menos el respeto de ese hijo a sus padres está por encima de todo.
¿Dónde está el error en la educación de hoy? El materialismo lo invade todo, y nos tenemos que esforzar por enseñar los valores humanos.