Frondoso bosque animado

Cuando uno empieza a internarse en la blogosfera no deja de maravillarse, del mismo modo -quiero suponer- que se maravillaron los primeros exploradores de ignotas regiones, o los descubridores de nuevas especies animales o vegetales. Eso de que no hay nada nuevo bajo el sol puede ser posible, pero, desde luego, lo que hay bajo el sol cada vez es más y más intrincado. Hay blogs de todos los tamaños y colores, de todos los contenidos posibles, sobre todos los temas habidos y por haber, desde todos los puntos de vista y, cómo no, en todas las lenguas en que el género humano a aprendido a comunicarse. Hay una sobresaturación selvática, tropical, húmeda. Todos tenemos algo que decir, todos queremos decir algo. Todos lo hacemos con la esperanza de ser oídos, de tener auditorio.

Creo que hacen falta blogs de escucha. Blogs en los que, en lugar de expresar opiniones seamos capaces de escucharlas. No sé como hacerlo, pero cuando uno se da un paseo por la red bloguera, siente que no puede escuchar (leer) todo lo que se dice. ¡Se dice tanto! Habría que establecer posadas, fondas, donde descansar del paseo y sentirse acogido, escuchado.

Quizá blogs donde el comentario fuese normativo... aunque al final estaríamos de nuevo en dicho sobre dicho, y vuelta a empezar.

Al final, lo de casi siempre, qué poco tiempo tenemos, en realidad, para las personas.