VENGA A NOSOTROS TU REINO


Tu Reino, Señor, no es como los reinos  que gobiernan  la tierra...
En tu Reino, Señor, la paz acarnpa  en las anchas  plazas  de los pueblos
y la justicia defiende la dignidad  y los derechos de la gente.
En tu Reino, Señor,  no hay manos  pedigüeñas, porque el pan caliente a todos llega.

Tampoco hay desahucios  porque para todos hay pisos de protección  oficial.
Nosotros nos llamamos cristianos  y cristianas,  y acudimos  al templo  a rezar
Pero, no sabemos verte en el drogadicto,  ni acogerte  en el pobre,
ni escucharte  en el débil, ni liberarte  en el preso, ni abrazarte  en el emigrante.

Vuélvete,  Señor, hacia nosotros,  que tus hijos e hijas somos
y anuncia de nuevo  el Pregón  de tu Reino que llamo felices:
a los pobres y honrados, a los que sed padecen de mayor justicia,
a los de entrañas  vivas y corazón transparente,
a los que de ti se fían y en tu amor esperan.

Vuélvete al mundo, Señor del Evangelio,  hombre,  profeta  y misionero  del Reino,
y dinos otra vez,  aunque  no te entendamos, que tu causa es hermosa
porque  libera al ser humano  de las viejas cadenas del poder y la fuerza,
del dinero orgulloso y del arma  que mata,
y nos dispone a unir nuestras manos en la perfecta hermandad.

Comentarios

  1. Quienes trabajamos en Cáritas nos esforzamos por ver el rostro de Jesús en los acogidos, pero somos tan limitados que no siempre lo logramos.

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  2. Yo no trabajo en Cáritas, y no por eso dejo de esforzarme en ver todo lo que ocurre a mi alrededor. Y veo las necesidades de los demás, sus preocupaciones de cada día, lo mal que la crisis los está tratando... y sólo espero y confío en que esta situación se pueda resolver lo antes posible. Pero mientras espero, intento echarles una mano, les escucho, les animo... y no sé qué más puedo hacer.

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