VENGA A NOSOTROS TU REINO
Tu Reino, Señor, no es como los reinos que gobiernan la tierra...
En tu Reino, Señor, la paz acarnpa en las anchas plazas de los pueblos
y la justicia defiende la dignidad y los derechos de la gente.
En tu Reino, Señor, no hay manos pedigüeñas, porque el pan caliente a todos llega.
Tampoco hay desahucios porque para todos hay pisos de protección oficial.
Nosotros nos llamamos cristianos y cristianas, y acudimos al templo a rezar
Pero, no sabemos verte en el drogadicto, ni acogerte en el pobre,
ni escucharte en el débil, ni liberarte en el preso, ni abrazarte en el emigrante.
Vuélvete, Señor, hacia nosotros, que tus hijos e hijas somos
y anuncia de nuevo el Pregón de tu Reino que llamo felices:
a los pobres y honrados, a los que sed padecen de mayor justicia,
a los de entrañas vivas y corazón transparente,
a los que de ti se fían y en tu amor esperan.
Vuélvete al mundo, Señor del Evangelio, hombre, profeta y misionero del Reino,
y dinos otra vez, aunque no te entendamos, que tu causa es hermosa
porque libera al ser humano de las viejas cadenas del poder y la fuerza,
del dinero orgulloso y del arma que mata,
y nos dispone a unir nuestras manos en la perfecta hermandad.
Quienes trabajamos en Cáritas nos esforzamos por ver el rostro de Jesús en los acogidos, pero somos tan limitados que no siempre lo logramos.
ResponderEliminarYo no trabajo en Cáritas, y no por eso dejo de esforzarme en ver todo lo que ocurre a mi alrededor. Y veo las necesidades de los demás, sus preocupaciones de cada día, lo mal que la crisis los está tratando... y sólo espero y confío en que esta situación se pueda resolver lo antes posible. Pero mientras espero, intento echarles una mano, les escucho, les animo... y no sé qué más puedo hacer.
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