Me carga cada vez más la manera prosaica de celebrar estas fiestas de diciembre y enero, entre otras cosas porque con la edad uno se vuelve más frugal, y me resulta imposible digerir la cantidad de comidas "obligadas" que se supone hemos de hacer con profusión pantagruélica de manjares, que nos llevan a repetir menú -comiendo de sobras- semanas y semanas, así que procuro ceñirme a lo esencial: Su contenido religioso, que es lo que yo celebro. Navidad, Santa María - Año Nuevo, Epifanía. No obstante, en esa celebración cabe también la reunión familiar, en Nochebuena, y la que nos congregará el día de Reyes a toda la familia. Son momentos de anclaje de las relaciones familiares que hay que vivir a lo largo de todo el año. Bien es verdad que en mi familia no necesitamos llegar a estas fechas, porque buscamos -con ocasión o sin ella- la forma de reunirnos periódicamente en torno a la mesa y a la larga sobremesa. Estos días traen también la ocasión para el encuentro sereno c...
Necesito confesión, Fernando: me he llevado la desilusión de no ver perder al Madrid con el Atlético. Como sabes, suelo escuchas tu música diaria al amanecer, pero esta noche la aprovecho para relajarme tras el vapuleo antes de irme a la cama.
ResponderEliminarEso no es ni pecado. Como mucho esperanza; "derriba del trono a los poderosos..." Todo llegará
Eliminar...y enaltece a los humildes. Gracias, Fernando.
EliminarUna música perfecta para relajarse ante un día de trabajo abrumador (los que trabajemos, claro...)
ResponderEliminarUichhhh.... Me he enterado de tu confesión, Francisco, espero que no sea pecado y me tenga que confesar ahora yo...jajajaja
Buenos dias a los dos. Cuidate Fernando, y aprovecha para visitarme ahora que puedes. Un beso