Me carga cada vez más la manera prosaica de celebrar estas fiestas de diciembre y enero, entre otras cosas porque con la edad uno se vuelve más frugal, y me resulta imposible digerir la cantidad de comidas "obligadas" que se supone hemos de hacer con profusión pantagruélica de manjares, que nos llevan a repetir menú -comiendo de sobras- semanas y semanas, así que procuro ceñirme a lo esencial: Su contenido religioso, que es lo que yo celebro. Navidad, Santa María - Año Nuevo, Epifanía. No obstante, en esa celebración cabe también la reunión familiar, en Nochebuena, y la que nos congregará el día de Reyes a toda la familia. Son momentos de anclaje de las relaciones familiares que hay que vivir a lo largo de todo el año. Bien es verdad que en mi familia no necesitamos llegar a estas fechas, porque buscamos -con ocasión o sin ella- la forma de reunirnos periódicamente en torno a la mesa y a la larga sobremesa. Estos días traen también la ocasión para el encuentro sereno c...
¿Qué le ha pasado a Francisco? ¿Se acostó sin escuchar esta preciosidad? Una música increible para ahondar en tu interior.
ResponderEliminarQue tengáis un buen día. Besos
Me he perdido algo. ¡¡Te gusta el jazz!!
Eliminaraunque es verdad que esto no es jazz. Es más chill out, o simplemente piano, a secas.
EliminarPues claro que no es jazz... jajaja
EliminarAsí fue, Mª Carmen, me acosté temprano y agotado después de haber pasado el día en Valencia del Ventoso (Badajoz) con unos amigos que me pusieron a prueba el colesterol. Bebimos algo, comimos mucho y hablamos todavía más. No tuve que conducir, lo cual es una bendición añadida y esta mañana me encuentro esta hermosísima música pidiendo limosna de amor.
ResponderEliminarEs tiempo de balance, que el vuestro arroje un saldo positivo y no olvidéis dar gracias.
Un fuerte abrazo
Eso parece una bendición. Estar con amigos compartiendo mesa y confidencias, relajarse en el viaje... y despertarse con esta música de premio.
ResponderEliminarMi balance fue positivo justo hasta este dia, a partir de aqui, aunque tengo mucho que agradecer, también me queda mucho por añorar.
Un beso