No nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Un esfuerzo casi imposible para el que no nos sentimos ya con humor ni con fuerzas. Sin embargo, si nos detenemos ante el mensaje de Jesús, escuchamos, antes que nada, una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana, porque Dios está cerca y quiere sanar nuestra vida. La conversión de la que habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Porque convertirse no es, antes que nada, intentar hacerlo todo mejor, sino sabernos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. No se trata solo de “hacerse buena persona”, sino de volver a aquel que es bueno con nosotros. Por eso, la conversión no es algo triste, sino el descubrimiento de la verdadera a...
Si pienso en algo para decir,
ResponderEliminarsi pienso en alguien por quien vivir,
si casi nada se tiene en pie
y este segundo ya se nos fue;
si en la mirada dura un fulgor
atravesando tanto dolor
yo canto versos de mi sentir
y los condeno a sobrevivir.
Donde parece el sol no alumbrar,
donde se muere de soledad,
en lo más hondo de esta quietud,
donde ocultó la sangre la luz;
donde agoniza un ángel guardián
y se nos pudre el agua y el pan
yo canto versos del corazón
y los enciendo en una canción.
Canto, canto;
tan débil soy que cantar es mi mano alzada.
Y fuerte canto, canto;
no sé más qué hacer en esta tierra incendiada
sino cantar.
En lo invisible de la ciudad,
donde se ocultan odio y verdad,
donde las bocas de un niño gris
corren sonámbulas tras de mí;
la infortunada noche que un Dios
arrepentido nos olvidó
yo canto versos de furia y fe
pa' que me ayuden a estar de pie.
Canto, canto;
tan débil soy que cantar es mi mano alzada.
Y fuerte canto, canto;
no sé más qué hacer en esta tierra incendiada
sino cantar.
Canto, canto;
tan débil soy que cantar es mi mano alzada.
Y fuerte canto, canto;
qué más hacer con palabras deshabitadas
sino cantar.
"Yo canto versos de mi sentir" Sólo lo que nace en los sentimientos está apegado al alma y a la vida. Preciosa canción.
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