Anhelos de discípulo

Para salir de uno mismo
y andar por la vida,
para dejar lo ya conoido
y pasar por Samaría,
para conjugar tolerancia y radicalidad
a lo largo del camino,
para crear espacios evangélicos
y entrar en tu reino...

dame mirada corta, de orfebre,
que descubra, aprecie y ame
lo más diminuto y escondido,

y una mirada larga, de centinela,
para ver el horizonte que me espera
más allá de las montañas y la niebla.

Y esto, Señor, dámelo cada jornada
para poder gozar y recrear
lo que tu Espíritu siembra con mimo
en los espacios que piso y sueño
en este tiempo tan convulso y yermo
y con las utopías por el suelo.

Florentino Ulibarri

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