No nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Un esfuerzo casi imposible para el que no nos sentimos ya con humor ni con fuerzas. Sin embargo, si nos detenemos ante el mensaje de Jesús, escuchamos, antes que nada, una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana, porque Dios está cerca y quiere sanar nuestra vida. La conversión de la que habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Porque convertirse no es, antes que nada, intentar hacerlo todo mejor, sino sabernos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. No se trata solo de “hacerse buena persona”, sino de volver a aquel que es bueno con nosotros. Por eso, la conversión no es algo triste, sino el descubrimiento de la verdadera a...
Hoy debe ser mi día de suerte... Primero Yiruma y ahora Schmidt. Todo un lujo a esta hora de la tarde.
ResponderEliminary si te pones al día con las entradas anteriores, lo mismo hasta levitas
EliminarVaya... esa sería una experiencia nueva... Probaré...
EliminarAndo caminando hacia atrás con un retraso enorme de estos días en los que la muerte de María me alejó de Sevilla y de las posibilidades virtuales. Buena música, buen amigo. Con tu permiso un saludo muy cariñoso para nuestra MC.
ResponderEliminar¿Tienes que pedirle permiso para saludarme???
EliminarAnda, pues yo no lo sabía y os saludo a los dos cada día...jajajaja
Besos
Lo hago así porque estoy en los dominios de Fernando y lo lógico es dirigirme a él y no desviarme a otras personas. Sé que te quiere y que no se molestará por ello y guardo las formas. Besos.
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