Discípulo en prácticas

Si me llamas,
te seguiré sin dudar
aunque el camino sea desconocido y duro.


Si me hablas,
callaré y creeré en Ti
aunque tu voz destroce mis planes y sueños.

Si quieres podarme,
me dejaré podar
aunque mi savia se desparrame en tierra sin nombre.

Si me acrisolas al fuego,
me dejaré purificar
aunque pulverices mis deseos y posesiones.

Si me invitas,
entraré en tu casa y en tu corazón
aunque sea pobre y mendigo.

Si me quieres contigo,
iré a donde quieras,
aunque no me gusten leyes y obediencias.

Y si me miras con amor,
intentaré acoger tus anhelos
aunque los mimbres de mi ser no sirvan para ello.

Florentino Ulibarri

Comentarios

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama