Rosetta está cabreada
La sonda Rosetta se suicida hoy. Así, como suena, sobre un cometa que tiene a mano. Ha decidido terminar su vida de soledad exploratoria, y legarnos sus saberes adquiridos y conocimientos encontrados con la esperanza, supongo, de que aprendamos algo de todo ello. Muy optimista me quiere parecer Rosetta si esa es su esperanza, porque, a la vista está, que no parece que tengamos remedio, y que estemos dispuestos a aprender nada que nos haga crecer y madurar en una dirección orientada a mayor humanidad y sensatez. No quiero pensar que el suicidio obedezca al hartazgo de lo que lleva visto y a la conclusión de que, incluso desde lejos, se confirma que no tenemos remedio. Me he levantado cabreado esta mañana, lo reconozco. Muy cabreado me acosté ya anoche con la barbarie de Siria que siguen sufriendo los más indefensos, víctimas de conflictos de intereses de poder y económicos inhumanos, que no se quiere parar porque interesa mantener. Muy cabreado porque sabía que esta mañana ten...