REALISMO RESPONSABLE
23 Tiempo ordinario - C
(Lucas 14,25-33)
04 de septiembre 2016
José Antonio Pagola
(Lucas 14,25-33)
04 de septiembre 2016
José Antonio Pagola
Los ejemplos que emplea Jesús son muy diferentes, pero su
enseñanza es la misma: el que emprende un proyecto importante de manera
temeraria, sin examinar antes si tiene medios y fuerzas para lograr lo
que pretende, corre el riesgo de terminar fracasando.
Ningún labrador se pone a construir una torre para
proteger sus viñas, sin tomarse antes un tiempo para calcular si podrá
concluirla con éxito, no sea que la obra quede inacabada, provocando las
burlas de los vecinos. Ningún rey se decide a entrar en combate con un
adversario poderoso, sin antes analizar si aquella batalla puede
terminar en victoria o será un suicidio.
A primera vista, puede parecer que Jesús está invitando a
un comportamiento prudente y precavido, muy alejado de la audacia con
que habla de ordinario a los suyos. Nada más lejos de la realidad. La
misión que quiere encomendar a los suyos es tan importante que nadie ha
de comprometerse en ella de forma inconsciente, temeraria o presuntuosa.
Su advertencia cobra gran actualidad en estos momentos
críticos y decisivos para el futuro de nuestra fe. Jesús llama, antes
que nada, a la reflexión madura: los dos protagonistas de las parábolas «se sientan»
a reflexionar. Sería una grave irresponsabilidad vivir hoy como
discípulos de Jesús, que no saben lo que quieren, ni a dónde pretenden
llegar, ni con qué medios han de trabajar.
¿Cuándo nos vamos a sentar para aunar fuerzas, reflexionar
juntos y buscar entre todos el camino que hemos de seguir? ¿No
necesitamos dedicar más tiempo, más escucha del evangelio y más
meditación para descubrir llamadas, despertar carismas y cultivar un
estilo renovado de seguimiento a Jesús?
Jesús llama también al realismo. Estamos viviendo un
cambio sociocultural sin precedentes. ¿Es posible contagiar la fe en
este mundo nuevo que está naciendo, sin conocerlo bien y sin
comprenderlo desde dentro? ¿Es posible facilitar el acceso al Evangelio
ignorando el pensamiento, los sentimientos y el lenguaje de los hombres y
mujeres de nuestro tiempo? ¿No es un error responder a los retos de hoy
con estrategias de ayer?
Sería una temeridad en estos momentos actuar de manera
inconsciente y ciega. Nos expondríamos al fracaso, la frustración y
hasta el ridículo. Según la parábola, la «torre inacabada» no hace sino
provocar las burlas de la gente hacia su constructor. No hemos de
olvidar el lenguaje realista y humilde de Jesús que invita a sus
discípulos a ser «fermento» en medio del pueblo o puñado de «sal» que
pone sabor nuevo a la vida de las gentes.
|
Comentarios
Publicar un comentario