CARTA ABIERTA
En estos tiempos me vuelve a llegar este poema de Ángela Figuera que tiene tanta o más actualidad -por lo que pasa, por la oración, por lo que lleva- que cuando ella lo escribió, y que se titula así: Carta abierta.
Jesús de Nazaret
(Dios Hijo.)
Cielo.
Perdona que te escriba. De seguro
no harás cuenta de mí. Soy poca cosa.
Segundo López Sánchez, carpintero,
casado, con mujer y cinco hijos.
Trabajo en un taller. (Y las chapuzas.)
Soy uno de tus pobres. Pero ocurre
que ya no tengo fuerzas ni paciencia.
Señor, que es mucha brega y poco trago.
Señor, mejor que bajes y lo veas.
Yo soy de pocas letras, mas decían
que fuiste del oficio cuando mozo.
No sé cómo andaría en aquel tiempo
lo de vivir del tajo y ser un pobre,
pero lo que es ahora es un milagro
mayor que el de los panes y los peces
poner algo en la mesa y repartirlo
para que llegue a todos. Haz la prueba.
Ven a carpintear entre nosotros
y vive del jornal. Sudarás sangre
como en el huerto. Y sal por los caminos
y ponte a predicar como solías
contra los fariseos, y repite
aquello de los ricos y la aguja,
y echa a los mercaderes de la Iglesia,
y a ver qué pasa. Y resucita un muerto
de los prohibidos, y habla del reparto
y di que den lo suyo a quien lo gana.
Si no te crucifican como entonces
es porque ahora, apenas se abre el pico
te hacen callar. Bonita está la cosa.
Señor, ven a ayudarnos, por tu Madre.
Que no digan ni Cristo lo remedia.
Que no somos tan malos como dicen.
Pero es ya mucho machacar el hierro.
Luego se pone al rojo y se arma una,
y, en fin, no canso más, tú te harás cargo.
De obrero a obrero te lo pido y firmo:
Tu humilde servidor,
Segundo López.
Jesús de Nazaret
(Dios Hijo.)
Cielo.
Perdona que te escriba. De seguro
no harás cuenta de mí. Soy poca cosa.
Segundo López Sánchez, carpintero,
casado, con mujer y cinco hijos.
Trabajo en un taller. (Y las chapuzas.)
Soy uno de tus pobres. Pero ocurre
que ya no tengo fuerzas ni paciencia.
Señor, que es mucha brega y poco trago.
Señor, mejor que bajes y lo veas.
Yo soy de pocas letras, mas decían
que fuiste del oficio cuando mozo.
No sé cómo andaría en aquel tiempo
lo de vivir del tajo y ser un pobre,
pero lo que es ahora es un milagro
mayor que el de los panes y los peces
poner algo en la mesa y repartirlo
para que llegue a todos. Haz la prueba.
Ven a carpintear entre nosotros
y vive del jornal. Sudarás sangre
como en el huerto. Y sal por los caminos
y ponte a predicar como solías
contra los fariseos, y repite
aquello de los ricos y la aguja,
y echa a los mercaderes de la Iglesia,
y a ver qué pasa. Y resucita un muerto
de los prohibidos, y habla del reparto
y di que den lo suyo a quien lo gana.
Si no te crucifican como entonces
es porque ahora, apenas se abre el pico
te hacen callar. Bonita está la cosa.
Señor, ven a ayudarnos, por tu Madre.
Que no digan ni Cristo lo remedia.
Que no somos tan malos como dicen.
Pero es ya mucho machacar el hierro.
Luego se pone al rojo y se arma una,
y, en fin, no canso más, tú te harás cargo.
De obrero a obrero te lo pido y firmo:
Tu humilde servidor,
Segundo López.
Comentarios
Publicar un comentario