Homilía de Pascua
¡Ha resucitado! ¡Aleluya, aleluya! Desde que el domingo pasado entrábamos en Jerusalén cantando para recibir a Jesús, hasta llegar aquí, le hemos acompañado a lo largo de su pasión y su muerte. Y hoy, nosotros, somos testigos de la resurrección: la vida venció a la muerte. No está aquí, ha resucitado. Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí. La losa quitada del sepulcro, ese sepulcro vacío, es la apertura a la novedad de vida que producirá el encuentro con el Resucitado en la vida de María Magdalena y de los demás discípulos. Es el comienzo de la Vida, de la esperanza, de la certeza del cumplimiento de la promesa de Dios. Donde antes solo había sepulcro y muerte, donde todo era final, ahora hay vida y esperanza, resurrección y comienzo. El primer día de la semana. Los discípulos comenzarán a experimentar esa vida nueva, a medida que se encuentren con el Resucitado, y se abran a la novedad de vida que surge de ese encuentro. Como María Magdalena habremos de madrugar, aunque todo e...