No es normal

Ayer escuché la declaración de alguien que se refería -cómo no- al presunto asesino de Marta del Castillo como eso, como un "tipo normal". Era su presunto cómplice en unas declaraciones que hacía hace días a algún medio de opinión. No son normales, ni uno ni otro, si son capaces de terminar con la vida de una inocente, indefensa, y son capaces de deshacerse del cuerpo, y son capaces de mostrar esa frialdad inhumana, expresiva de que bastantes cosas en sus vidas no son ni pueden ser normales. Son anormales.

Como -me parece a mí- no es normal que una niña de 17 años tenga un "novio" con el tipo de relación que luego te enteras de que tenían, o que ahora estuviese viviendo en casa de su actual "novia" de ¡14 años! con conocimiento y consentimiento de la madre de ésta. Desde luego esta madre tampoco es normal.

No es normal, todo eso es anormal.

Es normal si lo que queremos expresar, aunque sea con palabra equivocada, es que empieza a ser el perfil corriente de mucho animal suelto, producto necesario de unas determinadas familias, una determinada educación y un determinado entorno social, económico, laboral, en el que juega un papel clave la desestructuración familiar, que muchas veces escondemos bajo la manera propia de ser de cada familia, y vendemos con envoltorio de normalidad no sujeta a ninguna norma.

Seguramente ese tipo ha tenido una educación normal, en una escuela pública normal, con una enseñanza mixta y unos profesores normales, pero cuando a los 16 años ya se tienen antecedentes, algo falla en esa normalidad y lo convierte en anormal, en humanamente anormal.

Mi dolor y mi oración se unen al de la familia.

No será la última vez que tengamos que lamentar algo así. Hemos llenado nuestras vidas de tipos así de normales. Tenemos las calles de nuestros barrios llenas de "huérfanos" similares, con futuros parecidos.