No nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Un esfuerzo casi imposible para el que no nos sentimos ya con humor ni con fuerzas. Sin embargo, si nos detenemos ante el mensaje de Jesús, escuchamos, antes que nada, una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana, porque Dios está cerca y quiere sanar nuestra vida. La conversión de la que habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Porque convertirse no es, antes que nada, intentar hacerlo todo mejor, sino sabernos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. No se trata solo de “hacerse buena persona”, sino de volver a aquel que es bueno con nosotros. Por eso, la conversión no es algo triste, sino el descubrimiento de la verdadera a...
Aunque esté en inglés, creo que es una de esas canciones insuperables.
ResponderEliminarEsto es música de calidad para una mañana en la que amanezco con algo de fiebre a causa del otoño y la vacuna. Si se me permite, quiero pedir que os unáis a pedir por mi amigo Francisco, sacerdote hospitalizado. ¡Gracias!
ResponderEliminarnos uniremos en la oración por él, y por tu mejoría. Un abrazo.
ResponderEliminarAunque lo haya leido ahora, yo también me sumaré a la petición. Espero que tanto su amigo como usted se restablezcan pronto. Un saludo.
ResponderEliminar