Dios está cerca, muy cerca


¡Vamos, levantaos,  se acerca  vuestra liberación!
Mirad  sus signos  a vuestro alrededor.
¿No lo veis en el barrio, en la fábrica,
en la Comunidad,  en vuestra propia casa
y en vosotros mismos, sin ir más lejos?

Restregaos  los ojos,
mirad con esperanza el horizonte,
escuchad  las buenas  nuevas,
dejaos despertar por la brisa.
¡Dios está cerca, muy cerca!

¡Venga, levantaos,  alzad la cabeza!
La gente  se angustia  por todo
y anda sin aliento, dando  tumbos
de acá para allá, viviendo  sin vivir,
echando a perder  su vida.

Se desviven en fuegos fatuos,
en espejismos de desiertos,
en vagas  añoranzas.
Recobrad el aliento.
¡Dios está cerca, muy cerca!

¡Ánimo, levantaos, permaneced  despiertos!
No se os embote la mente
ni se enfríe vuestro corazón,
con tanta preocupación
por lo que os pasará  o por qué haréis,
cuándo  sucederá  y por qué,
cómo escaparéis de la red de la moda
o de la fiebre de las rebajas.
Nadad contra corriente.
¡Dios está cerca, muy cerca!

¡Hola, levantaos, y poneos  en marcha con ilusión renovada!
Otead el horizonte.
Vivid atentos a los susurros,
a los lloros, gritos y risas de la humanidad  entera.
Dios está cerca.
Disfruta la vida y haz que los otros la disfruten contigo.
Dejad lo vano y lo estéril.
Pedid fuerza para la espera.
Dios está cerca, muy cerca.

Comentarios

  1. ¡¡Dios mío!! Tráenos el Amor y la Paz que tanto necesitamos. ¡¡Seas por siempre bendito y alabado!!

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  2. ¡Ayúdame, Señor, a permanecer alerta, para que así pueda cumplirse en mí tu voluntad!

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