Me carga cada vez más la manera prosaica de celebrar estas fiestas de diciembre y enero, entre otras cosas porque con la edad uno se vuelve más frugal, y me resulta imposible digerir la cantidad de comidas "obligadas" que se supone hemos de hacer con profusión pantagruélica de manjares, que nos llevan a repetir menú -comiendo de sobras- semanas y semanas, así que procuro ceñirme a lo esencial: Su contenido religioso, que es lo que yo celebro. Navidad, Santa María - Año Nuevo, Epifanía. No obstante, en esa celebración cabe también la reunión familiar, en Nochebuena, y la que nos congregará el día de Reyes a toda la familia. Son momentos de anclaje de las relaciones familiares que hay que vivir a lo largo de todo el año. Bien es verdad que en mi familia no necesitamos llegar a estas fechas, porque buscamos -con ocasión o sin ella- la forma de reunirnos periódicamente en torno a la mesa y a la larga sobremesa. Estos días traen también la ocasión para el encuentro sereno c
Esto es lo que estaba deseando mi alma esta noche, un poco de armonía. Hemos tenido una acogida desbordante: cada día más personas, cada vez lo problemas más grandes y el amor de Dios derramándose a manos llenas. ¡Bendito sea!
ResponderEliminarUnos buenos acordes con una guitarra... ¡Qué bien suenan! ¿Verdad?
ResponderEliminarLa guitarra siempre ha sido mi asignatura pendiente: desde pequeña he querido aprender a tocarla.
Francisco, en todas las parroquias está ocurriendo lo mismo... Cada día son más los necesitados y, gracias a que personas desinteresadas dan un poco de sí mismas y de sus recursos, podemos aliviar en parte sus necesidades. Espero, que esta situación termine pronto y puedan sentirse mejor.
Que tengáis un buen día. Besos