Orar en el mundo obrero. 14º domingo T.O.

También nosotros podemos encontrarnos con una dificultad: la incapacidad para acoger la manifestación de Dios en lo cotidiano. Podemos divinizar tanto a Jesús que nos olvidemos de su humanidad, pero la divinidad de Jesús solo se reconoce en el ser como nosotros, en el hacerse uno como nosotros, en su abajamiento y entrega; especialmente en la cruz: Verdaderamente este es Hijo de Dios. Dios se ha colocado del lado de los insignificantes, de los que no cuentan, por mucho que no lo queramos ver o que nos escandalice. Orar en el mundo obrero nos ayudará a ver, y a colocarnos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No tengo fuerzas para rendirme

Feliz año nuevo, en pijama