No nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Un esfuerzo casi imposible para el que no nos sentimos ya con humor ni con fuerzas. Sin embargo, si nos detenemos ante el mensaje de Jesús, escuchamos, antes que nada, una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana, porque Dios está cerca y quiere sanar nuestra vida. La conversión de la que habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Porque convertirse no es, antes que nada, intentar hacerlo todo mejor, sino sabernos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. No se trata solo de “hacerse buena persona”, sino de volver a aquel que es bueno con nosotros. Por eso, la conversión no es algo triste, sino el descubrimiento de la verdadera a...
Qué canción más triste...No sé lo que te ha dado con Silvio Rodríguez...¿Vas a poner toda su discografía?
ResponderEliminarPues nada, yo también espero que el dolor que no curen los ángeles no vuelva otra vez.
Feliz lunes. Un beso
Llego en segunda cita: cuando no puedo llegar a las 12 de la noche lo hago a primeras horas de la mañana. No sé si debes o no admitir las peticiones del oyente, pero a mí sí me gusta Silvio Rodríguez.
ResponderEliminarYo no he dicho que no me guste, pero prefiero la variedad. Hay que escuchar a gente diferente que tiene canciones preciosas.
ResponderEliminar¿Peticiones? Creo que si las admite, porque el verano pasado lo hizo, así que como a Francisco ya lo tienes servido, me pido algo de Orozco (Pedacitos de ti, Lo que tu quieras soy, Qué me queda....)
Besos a los dos